Casa del Valle: un ‘château’ en el valle del Tajo

A menos de una hora de Madrid, y a tiro de piedra de Toledo y Aranjuez, Bodegas y Viñedos Casa del Valle se distingue por un paisaje que captura la esencia mediterránea y en el que conviven olivos, almendros, cipreses, campos de lavanda y, por supuesto, viñedos. Ubicada en Yepes (Toledo), en pleno Valle del Tajo y sobre una extensión de 250 hectáreas, cuenta con más de 80 hectáreas de viña moderna qu explican el carácter singular de sus vinos.

Inspirada en la filosofía “château», Casa del Valle integra viñedo y bodega en un mismo espacio, una conexión directa sin fisuras entre materia prima y elaboración que permite interpretar mejor cada cosecha. Con una altitud de 700 metros, una notable amplitud térmica y suelos calizos con buen drenaje, los racimos alcanzan su plena madurez manteniendo una frescura que se traslada a la botella tanto en tintos como en blancos.

Viñedos que cuentan una historia

El mosaico de variedades en Casa del Valle ha sido cuidadosamente seleccionado tras un largo estudio con la intención de dialogar con el entorno. Syrah, Cabernet Sauvignon y Merlot aportan estructura, color y volumen, mientras que el Tempranillo suma la calidez y la fruta roja característica de la región. Para los vinos blancos, Sauvignon Blanc y Chardonnay logran un equilibrio perfecto entre madurez y frescura, mientras la Moscatel se destina a un frizzante aromático y ligero. Cada uva cumple su función, creando un abanico de estilos que mantienen la identidad de la finca.

Esta diversidad se materializa en cuatro familias de vinos, cada una con su propia personalidad:

• Acantus: Vinos directos y fáciles de beber que suponen en muchas ocasiones la puerta de entrada a nuestros vinos. Tinto, blanco y rosado agradables al paladar y con la fina intención de gustar.
• Hacienda Casa del Valle: Tres monovarietales (Sauvignon Blanc, Syrh y Chardonnay) y un ensamblaje Selección Especial que expresan claramente la tipicidad de la uva y el terruño.
• Valdelagua: Un enfoque orgánico que prioriza la expresión frutal. Con base de Syrah y pequeñas trazas de Merlot y Cabernet Sauvignon, la gama Valdelagua se revela orgánicamente pura.
• Finca Valdelagua: La expresión más seria de Casa del Valle. Un vino de guarda, con crianza prolongada que surge a orillas del Tajo y se convierte en un exquisito y personal coupage.

Innovación y tradición se unen realmente

En Casa del Valle, el trabajo en el campo se basa en el conocimiento profundo de la tierra. Ahora, ese saber hacer se ha fusionado con la tecnología más puntera. En los últimos meses, nuestro viñedo está siendo el escenario de un proyecto pionero que combina robótica autónoma, conectividad 5G e inteligencia artificial.

Un robot recorre las hileras, recopilando imágenes multiespectrales y datos 3D. Un modelo de IA procesa esta información para predecir la producción de uva y monitorizar el estado hídrico de las plantas. Desarrollada en colaboración con Telefónica y la Universidad Politécnica de Madrid, esta iniciativa demuestra cómo la innovación puede servir para trabajar la tierra con más precisión y sostenibilidad, manteniendo la esencia de la viticultura.

Un destino para visitar y celebrar

Más allá de la que podíamos considerar su misión principal elaborando vinos acordes a la zona en la que nos encontramos, Casa del Valle es un lugar que invita a desconectar y disfrutar sin prisas. Sus visitas de fin de semana son sencillas y accesibles: un paseo por los viñedos, un recorrido por la bodega para conocer nuestros secretos y una cata final para comprender verdaderamente nuestra esencia. Su cercanía a Madrid, Toledo o Aranjuez la convierte en el destino ideal para una escapada de un día.

Además, la finca es un escenario perfecto para celebraciones, ofreciendo patios al aire libre y un salón con capacidad para 300 personas, con un servicio de catering especializado. Aquí, el vino acompaña tanto los momentos más íntimos como los eventos más grandes, con la misma naturalidad.

Todo en Casa del Valle —desde la minuciosa lectura del suelo y la elección de variedades hasta la tecnología de vanguardia— suma para crear un sello propio. El hilo conductor sigue siendo el mismo: un paisaje único en el valle del Tajo que da vida a vinos con un carácter distintivo, y un lugar que invita a ser descubierto con calma.