Representantes de las nueve bodegas moldavas más importantes (juntas suman el 60% de las ventas de vino al exterior de este país que se alza como el decimonoveno exportador mundial) han estado de visita en La Rioja. Durante varios días han conocido de primera mano el modelo Rioja para reproducirlo en este territorio situado a caballo entre Rumanía y Ucrania.
La historia de este país de Europa oriental ha estado estrechamente vinculada al vino desde antiguo. Se dice que en Chisináu, su capital, ya se producía hace unos 5.000 años, en época de los dacios. Con el culto a Baco no pudo ni la prohibición durante los tres siglos de dominación otomana.
Sin embargo, el sector enfrenta ahora otro importante reto. Tras lograr la independencia del imperio soviético en 1991, Rusia decretó en el 2013 un embargo a las importaciones de vino moldavo en represalia por el acuerdo de asociación que Moldavia suscribió con la UE.
Frente a este desafío, los viticultores moldavos aspiran a darse a conocer en Occidente y potenciar su sector vitivinícola. «Queremos aprender las buenas prácticas de Rioja e implementarlas en Moldavia, especialmente para mejorar la calidad de nuestros vinos», señala Diana Lazar.
Lazar ha capitaneado junto a Elizaveta Breahna este recorrido por La Rioja, que forma parte de un programa de apoyo al desarrollo del vino y las industrias turísticas auspiciado por el Gobierno moldavo en colaboración con los de Estados Unidos y Suecia. Anteriormente, esta delegación moldava visitó las también regiones vitivinícolas de Burdeos (Francia) y Napa (California, Estados Unidos).
Promover la industria del vino
«Nos interesa cómo el Gobierno de La Rioja trabaja con el sector privado para promover la industria del vino y las innovaciones aplicadas a su producción», detalla Lazar. Rioja es la única Denominación en la que han hecho escala en España porque les interesa «su modelo que conjuga aspectos de elaboración tradicional con técnicas modernas».
En ello quieren ahondar de regreso a casa. «Buscamos recuperar nuestras variedades autóctonas para relanzar nuestro vino y crear una Denominación en un área específica», apunta Lazar. Por el momento sólo cuentan con cuatro indicaciones geográficas protegidas. Su ‘tour’ riojano ha incluido paradas en el Consejo Regulador, el ICVV, Bodegas Olarra y Campo Viejo y en el Museo Bodega Vivanco.