Al norte de Viana hay una serie de pequeños valles, formados por leves riachuelos, salpicado de viñedos, pequeñas producciones de cereal y olivos ancestrales. Todo ello conforma un paisaje singular, muy alejado del estereotipo de los viñedos típicos de Rioja. De allí, surge Valdebarón. Vinos que proceden de terrenos poco profundos y en ladera, que dan lugar a cepas con racimos de grano muy pequeño pero alta concentración. En cada una de esas uvas, hay un poco de Valdebarón.
Valdebarón Blanco y Tinto son dos vinos que guardan en su interior toda la tipicidad y expresividad de una zona donde la naturaleza ha tenido que adaptarse a las circunstancias del terreno.
Se trata de un vino de color vivo y profundo, nariz compleja marcada por los frutos negros equilibrados, con aromas de cedro y tostados, y un paso por boca sólido y persistente sin perder elegancia.
Se elabora con Tempranillo y Mazuelo procedentes de viñedos con suelos poco profundos de areniscas ocres en las laderas del noroeste de Viana. Esta circunstancia, junto a un estrés hídrico controlado, da lugar a racimos de grano pequeño que se dejan llegar a plena maduración en la viña.
En su elaboración, la maceración y fermentación de las uvas se prolonga durante 18 días, mientras que la fermentación malolática tiene lugar en barricas nuevas de roble. Crianza durante 18 meses en barrica y varios meses más en botella.
Vino elaborado con Tempranillo Blanco, variedad autóctona de Rioja. Es de tono pajizo claro y muestra diversos y delicados aromas de flores blancas y una estructura firme y elegante en paladar, con un retrogusto largo.
Procede de viñedos de baja producción de arenas y gravas, arcillas, yesos y elementos calizos, en las laderas al norte y noreste de Viana. Fermentación en barrica nueva de roble francés y posterior crianza de 4 meses en barricas de roble americano y francés y de acacia sobre sus lías más finas.