Podría decirse que hay dos días al año donde el consumo de cava alcanza su máxima expresión. Por supuesto, el 22 de diciembre, Día de la Lotería de Navidad. Lo que ocurre es que en esa fecha, aunque todos contentos, unos brindan con alegría y otros nos conformamos con mantener nuestra buena salud un año más.
Pero en Nochevieja, con la llegada del Nuevo Año, la alegría y el cava son patrimonio de todos nosotros de manera más generalizada.
Ahora bien, dado que la fecha es ya inminente vamos a ver unos pequeños consejos para tomarlo en las mejores condiciones.
El cava no deja de ser un vino, con lo que la mejor manera de conservarlo es mantenerlo alejado de la luz y a una temperatura entre 9 y 18 grados más o menos. El cava no es una bebida que gane con el tiempo una vez está en botella, por lo que, generalmente, es mejor consumirlo cuanto antes después de comprarlo.
Para no pillarnos los dedos con respecto a la temperatura de consumo, optamos por seguir las directrices del Consejo Regulador del Cava, que recomienda tomarlo entre 5 y 8º C; los cavas más jóvenes se servirán más fríos, y los reservas y grandes reservas, no tanto.
Como hemos conservado el cava a una temperatura superior a la que es recomendable para su consumo, tendremos que enfriarlo antes de beberlo. El congelador está totalmente prohibido. La mejor manera es mantenerlo unas tres horas en el frigorífico.
Pero ¿qué pasa si necesitas enfriarlo de una manera relativamente rápida porque la primera botella os ha durado menos de lo pensado o se han sumado más personas a la fiesta? Cubitera, hielo, agua y una buena cantidad de sal. En menos de media hora, la botella de cava estará lista para ser consumida a la temperatura adecuada.
De cristal fino y transparente, aflautada o en forma de tulipa. Esto es lo que recomienda también el Consejo Regulador del Cava. De esta forma podremos disfrutar de su color, aroma sutil y del tamaño y rosario de sus burbujas. Con una copa ancha los aromas se desprenderían con demasiada rapidez.
A todos nos encanta la explosión que provoca una botella de cava al abrirse. Quizá en el momento de mayor efusión esta pueda ser una opción, pero el cava debe abrirse de manera sutil, sujetando con fuerza el tapón, girando la botella y, por supuesto, evitando que se derrame. Obvio ¿no? Mejor nos lo bebemos.
En la copa se sirve con la botella ligeramente inclinada y dejando que el líquido resbale lentamente por la pared de la copa. No llenarla en exceso. Con 2/3 es suficiente. El cava es una bebida que se calienta rápidamente y más teniendo en cuenta el ambiente festivo con el que se va a encontrar. Y lo más importante, que nadie se olvide de disfrutar y vivir unos momentos felices… ¡con cava!
¡Feliz Año Nuevo a todo el mundo!
Cavas Añares Brut y Brut Nature de Bodegas Olarra y Cavas Brut y Brut Nature de Bodegas Ondarre.